Ayer era la fecha señalada para dejar en el olvido todo aquello que no ha resultado positivo para poder, así, avanzar. Si, probablemente eso deberíamos hacerlo de forma diaria pero nunca viene mal un pretexto como éste.
Era el momento de quemar todas las experiencias y recuerdos negativos en la noche más larga y mágica del año.
En Madrid la lluvia apagó las hogueras, pero no las ilusiones de quiénes dejaban el pasado atrás en ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario